viernes, 17 de marzo de 2017


 


DESVELANDO EL MISTERIO.
GONZÁLEZ BYASS Y
SUS PALOS CORTADOS




 
Ayer, de nuevo, se obró el milagro.
 
La Unión Española de Catadores nos ofreció una excelente cata dirigida por D. Antonio Flores en la sede de la propia bodega en la calle Alcalá de Madrid.

"Desvelando el misterio. González Byass y sus Palos Cortados"



 

Es en  1835, cuando se funda la bodega González Byass. Ahí empieza a formarse la leyenda del vino Fino seguramente más conocido incluso fuera de nuestras fronteras. En la actualidad, sigue siendo una bodega familiar, presidida por la quinta generación de la familia González que siempre ha mostrado su pasión no sólo por el mundo del vino sino por todo lo que le rodea, amor a la naturaleza, amor a la tierra, amor al medio ambiente.


La cata de ayer, como su nombre indica, nos reunió en torno al Palo Cortado, definido por el CRDO Jerez-Xères-Sherry como "un vino que aúna la delicadeza y finura en nariz de un amontillado con la estructura y la redondez de un oloroso" estando dirigida por el enólogo y master blender de González Byass, D. Antonio Flores ligado a la bodega desde su nacimiento, puesto que éste tuvo lugar en la misma, encima de la Solera Fundacional de Tio Pepe.

Una explicación mucho más directa, cargada de pasión y con su encanto de siempre fue la que nos proporcionó sobre este misterio: 

"Partimos de botas de sobretablas (vino ya encabezado a unos 15º alc.) que muestran la suficiente finura para ser destinadas a crianza biológica y que se benefician, por tanto, de la acción de las levaduras de velo. Por algún motivo que, dependiendo de los casos y del momento histórico, puede deberse a la presencia dominante de ciertas variedades de uva poco comunes, a peculiaridades de la vasija o de la fermentación alcohólica que en ella se ha producido, a fluctuaciones en el velo de flor, al predominio de ciertas especies o cepas de levaduras en flor, etc. algunas de estas botas desarrollan con el tiempo ciertas características diferenciales. Manteniendo una acerada y limpia finura en nariz, el vino presenta un cuerpo más recio, a medio camino en boca de la untuosidad y plenitud de los olorosos. El inicial palo ligeramente inclinado con el que se identificó la bota, en tanto que destinada a crianza bajo velo, es cruzado (cortado) por el capataz con un trazo horizontal que da nombre al vino, quedando un signo en algo parecido a una cruz con sus palos cruzados por el centro, como una cruz griega, pero con el mástil vertical más largo que el que forma los brazos horizontales".

Pasaron y atravesaron nuestros sentidos los siguientes vinos:

En primer lugar, Leonor Palo Cortado (100% palomino), envejecido durante 12 años en botas de roble americano, siguiendo el tradicional sistema de solera. Al que siguieron diferentes añadas excepcionales de Palo Cortado, para los que tan sólo se usa el mosto de yema, considerado el más delicado y elegante. Tras su fortificación, estos vinos pasan a 200 botas de roble americano a fin de llevar a caso su proceso de completa oxidación, permaneciendo en las mismas hasta su embotellado. Todas con una producción limitada que no llega a 1.000 botellas en ningún caso. Y sólo lanzados en los mejores años.

 


Por último, un Apóstoles Palo Cortado (87% palomino y 13% Pedro Ximénez). En este caso, cada vino entra en una solera distinta (en botas también de roble americano) para envejecer en contacto con el aire. Tras una media de 12 años, los vinos se mezclan y entran en la solera Apóstoles, dónde continuarán durante 18 años siguiendo el sistema tradicional de envejecimiento. En total, una crianza de 30 años.

Una cata de lujo, una oportunidad única de deleitarnos con los tesoros enológicos de González Byass. El misterio del Palo Cortado... explicado para seguir siendo, aún más, un maravilloso misterio...




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