miércoles, 16 de agosto de 2017

 
 
ESCARBANDO MOTIVOS

 





Resulta muy fácil caer en los tópicos. Y en lo típico. Y recomendar el último chiringuito en la playa o el último local abierto para la penúltima copa. 

Pero... Cádiz es mucho más.
 
 
Experiencias. Sensaciones. Encuentros con amigos, nuevas enemistades, cultura, placer, olor a frito. Serenidad frente a sonoridad. Veladas mudas y, en ocasiones, algo sórdidas. Siempre luz. Encuentros causalmente fortuitos. Abrazos. Segundos inicios. Ausencias. Cambios. Vida.
 
 
Quiero ofrecerte diez posibilidades de acercarte a ella por vez primera. Las mismas que puedes utilizar como coartada para regresar. Ítaca. Femenina, cambiante y profunda.     
  
 
Puedes sentirte marinero en tierra mientras paseas entre sus barcas con pie de sílice al bajar la marea. 

 
Puedes morir con el sol mientras tiñe de sangre ese mar que, cada tarde, logra devorarlo.  
 
 


Puedes parar el tiempo en alguna librería mientras te tomas un "Rioja, pero de aquí" (según un entendido en la materia...). 
 
 
Puedes ventilar tu alma. 
ARTE. ARTE. ARTE. 
Esculturas de Vasallo frente a intemporalidad:  Mickey Mouse desafiando a ilustres togados. "Nuevos nómadas" recordándonos el sentido actual de la dualidad. 
 
 
Puedes hipnotizarte con la mirada de esos humanos con mente de títeres que, a museo cerrado, presumen de genio y figura frente a sus primos segovianos, "los niños de Paco Peralta" los llaman cariñosamente.

 
Puedes habitar Gadir.  O sorprenderte con la tierna puesta en escena de las figuras de Cornelis Zitman. Neones y yacimientos. Contrarios y opuestos jamás dieron tan excelentes resultados.  
 

Puedes columpiarte  frente al Atlántico, despeinada y chillando como entonces. O puedes esquivar esas gaviotas hijas de  cualquier playa. Aunque, tal vez, lo que prefieras es abordar uno de sus castillos con las manos pringosas del chocolate de la merienda.  
 
 
 


Puedes regresar a la edad que quieras. Y mudar a piel de sal. Tal vez, justo entonces, comprendas aquello de "Tacita de plata". Otro juego. Ahora va de espejos. 
 
 


Puedes darle cien vueltas. Finalmente, te darás cuenta de que, lo realmente importante, suele encontrarse pegado a tus pies.
 




Puedes buscar rebuscar, escarbar... Pero, seguramente volverás, como yo. A la gente que quiero, a los refugios secretos abarrotados, a la sabiduría gaditana, a lo imprevisto, a lo feliz. Volveré, una vez más, a dejarme marchar...

 
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